El conspicuo audioprotestante Morgan

Por fin mi primer día (mejor dicho, mi primera noche) después de una semana entera de turno de noche. Y en mi trabajo, una semana son siete días, no cinco y medio. Para quien no está acostumbrado, es una sensación un tanto extraña, eso de dormir de día, al menos lo que puedas porque de día hay que hacer otras cosas también, no poder ver a nadie, no poder ni escribir en un blog... y cuando por fin se escribe, fijaos a qué horas. Llega una noche libre, y uno, como es de esperar, no tiene sueño. Y hoy ya (¿hoy o ayer? ¿hoy o mañana?) mi novia celebra su cumpleaños a mediodía, que fue ayer (¿ayer u hoy? ¿ayer o antes de ayer?). Espero que me perdone mi cara de sueño.

Por cierto, el trabajo en principio está bastante bien, pero como en todos los trabajos ya con dos semanas de vida laboral en el CPD me han llegado rumores acerca del futuro próximo de mi empresa, de IBM (la madre superiora del tinglado) y de los clientes a los que servimos. ¿Acerca de qué? Pues de que perdemos a uno de los dos clientes y veremos si conseguimos ganar a otro cuando nos mudemos a otro CPD en junio. ¿Qué esperábais? Incertidumbre, como es natural. Sólo sé que mañana (¿mañana u hoy? ¿mañana o pasado?) tengo que volver por la noche, fuera de mi turno, a presenciar durante un par de horas el rearranque de un sistema, que como os podéis imaginar, no es tan sencillo como darle a un botoncito. Hasta el miércoles, miércoles de Feria, no vuelvo por alli, o eso supongo. Pero esta vez será en turno de tarde. Y podré jurar que el miércoles es realmente miércoles, no el martes ni el jueves.

Sonando ahora mismo: Nena - 99 Luf Balloons