No váis a creer lo que me ha pasado (II)
Ahora sí que la historia de mi adiós del servicio es verdaderamente increíble.
Fui con mis huevos el miércoles a por la carta de cese. La secretaria, para seguir el tópico, está estupenda, a pesar de ir vestida de calle. La que coge el teléfono, no tanto. Ésta solamente tiene la nómina de abril, es obvio que no saben a qué he ido allí. Le pregunto a la que está estupenda por uno de los jefazos y me dice que pase a su despacho con él.
Y a partir de ahí... el apocalipsis. De repente, ¡todo va bien! La fecha de la notificación del cese es justo el día que me avisaron del mismo por teléfono, y no antes. Un gato menos. La liquidación consistirá pues en:
La nómina de mayo incluyendo los 15 días posteriores al aviso de cese, es decir, hasta el 19. Más allá de la fecha efectiva del cese, que es el 13. Y teniendo en cuenta que desde el lunes la presencia en el puesto de los tres que nos vamos es totalmente innecesaria, queda adelantado virtualmente en una semana el cese. Todo es demasiado razonable.
También se incluyen los 10 días de vacaciones que me quedaban pendientes en proporción. Sorpresa mayúscula cuando el propio jefazo, que lleva el tema de las vacaciones, es el que me dice que ni me moleste en pasar como tales los dos días de turno (lunes y martes) que no fui porque ya no era necesario que fuera. Que mejor que los cobre todos.
Por último, se incluyen las variables atrasadas, el prorrateo de las pagas extras y, cosa que no me esperaba, una cuantiosa indemnización.
Y para rematar, me comentan que en un mes puede que salga algo en Huelva. Esto último me permitiré ponerlo en cuarentena, tras la broma de los supuestos puestos de programador Java. El jefazo me recomienda, siguiendo con la franqueza que tanto me está asombrando de él en ese momento, lo que yo estaba ya pensando, que mejor me busque otra cosa fuera de eso.
Esto sí es increíble de verdad. ¿De dónde han sacado tanto sentido común en tan poco tiempo? Ni malpensado le dejan ser ya a uno, oye. Pero aún queda la última oportunidad: que en la liquidación falte algo, que la indemnización no sea apenas nada o que tarden más de la cuenta en abonarla. Por si acaso, mejor no me quejo más, por aquello de no mentar ruina. Continuará...
Sonando ahora mismo: Mandalay - Pearl
Fui con mis huevos el miércoles a por la carta de cese. La secretaria, para seguir el tópico, está estupenda, a pesar de ir vestida de calle. La que coge el teléfono, no tanto. Ésta solamente tiene la nómina de abril, es obvio que no saben a qué he ido allí. Le pregunto a la que está estupenda por uno de los jefazos y me dice que pase a su despacho con él.
Y a partir de ahí... el apocalipsis. De repente, ¡todo va bien! La fecha de la notificación del cese es justo el día que me avisaron del mismo por teléfono, y no antes. Un gato menos. La liquidación consistirá pues en:
La nómina de mayo incluyendo los 15 días posteriores al aviso de cese, es decir, hasta el 19. Más allá de la fecha efectiva del cese, que es el 13. Y teniendo en cuenta que desde el lunes la presencia en el puesto de los tres que nos vamos es totalmente innecesaria, queda adelantado virtualmente en una semana el cese. Todo es demasiado razonable.
También se incluyen los 10 días de vacaciones que me quedaban pendientes en proporción. Sorpresa mayúscula cuando el propio jefazo, que lleva el tema de las vacaciones, es el que me dice que ni me moleste en pasar como tales los dos días de turno (lunes y martes) que no fui porque ya no era necesario que fuera. Que mejor que los cobre todos.
Por último, se incluyen las variables atrasadas, el prorrateo de las pagas extras y, cosa que no me esperaba, una cuantiosa indemnización.
Y para rematar, me comentan que en un mes puede que salga algo en Huelva. Esto último me permitiré ponerlo en cuarentena, tras la broma de los supuestos puestos de programador Java. El jefazo me recomienda, siguiendo con la franqueza que tanto me está asombrando de él en ese momento, lo que yo estaba ya pensando, que mejor me busque otra cosa fuera de eso.
Esto sí es increíble de verdad. ¿De dónde han sacado tanto sentido común en tan poco tiempo? Ni malpensado le dejan ser ya a uno, oye. Pero aún queda la última oportunidad: que en la liquidación falte algo, que la indemnización no sea apenas nada o que tarden más de la cuenta en abonarla. Por si acaso, mejor no me quejo más, por aquello de no mentar ruina. Continuará...
Sonando ahora mismo: Mandalay - Pearl
Etiquetas: desechos reales, yomismoísmo
[Enviado por
Anónimo]
[15 mayo, 2007 23:18]
Si eres un tauro tan tauro como lo soy yo, seguro que te irá bien en la vida, porque eres pragmático como yo y no te da miedo cambiar de aires.
Si te sale bien lo de Huelva, no sé si será para trabajar en la capital o el algún pueblo. Pero te recomiendo que vivas fuera de la ciudad, en algun pueblecito de la costa, y en coche llegas en un momento al curro.
Tendrás calidad de vida y unas puestas de sol insuperables en toda Europa.
Suerte con tus próximos proyectos.
[Enviado por
Fernando Tallón]
[21 mayo, 2007 02:02]
Po nada Patri, que tenga suerte, o algo.
Un saludo
;)
[Enviado por
Burnout.]
[21 mayo, 2007 15:02]
Yo que tú lo miraría no fuera a ser...
Un saludo
[Enviado por
Luisru]
[21 mayo, 2007 23:46]
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